domingo, 28 de mayo de 2017

Breves apuntes sobre la narrativa de Roberto a. Cabrera

En cuestión de valoración de una obra lo breve a menudo únicamente nos deja algunos apuntes que nos suscitan las lecturas, notas que jamás bordean el artículo extenso ni abundante en lo crítico y sí la breve impresión, el sabor que deja lo que se ha caminado con las horas. Roberto a. Cabrera, en los últimos años ha ofrecido varias entregas narrativas que lo sitúan como autor a tener en cuenta. De lo leído atravesaremos seis pequeños puntos, apenas pinceladas. Nada adentro del adentro.

1. Se percibe en La estación extraviada, Bajo el sol de los muertos e Interregno una incesante búsqueda en las vidas que parecen no decir nada, donde nada desde la acción narrativa parece ocurrir. Todo sucede dentro de los personajes: en su conciencia, en la percepción que estos tienen de los alrededores. Con estos trazos, en las tres obras se funda una especie de poética de lo sencillo, que en cierto modo se rompe con Bajo el sol de los muertos, más abrupta, más desasosegada, más dolida, quizá.

2.  Bajo el sol de los muertos. Elías C. Su historia encarna una belleza dolorosa, una ruptura de origen que lo obliga a exiliarse de sí mismo, tanto en lo espacial como en lo corporal. Todo en su crecimiento proviene de traumas: ideológicos, familiares, sexuales, etc. Ante ese desasosiego casi no lo salva ni el arte.

3. Bajo el sol de los muertos. Bruno parece influido directamente por un Schopenhauer tamizado por Marx. También está repleto de traumas y es pedófilo (casi al modo de H.H de Lolita, aunque en este caso interesado en los “faunúnfulos” en lugar de en las “nínfulas”). Su idea de que la vida es dolor y que únicamente a través del cuerpo y del arte la existencia puede ser aliviada  recuerda al ideario del autor de El mundo como voluntad y representación.

4. Bajo el sol de los muertos no se explica, creo, sin Demian, de Hesse. 

5. Interregno. Humberto Laredo. No es lo mismo vivir que sentirse vivo. Laredo se siente vivo cuando está en su laboratorio de fotografía y cuando recupera un paraíso perdido en lo carnal. Matilde es una derrota, todo lo por venir pretende sanar el dolor de una insustancialidad presente.

6. Lo extraliterario. En Bajo el sol de los muertos se puede leer, desde una óptica determinada, la situación de los literatos y la guerra de guerrillas abierta a principios del S.XXI o finales del XX en la isla de Tenerife. En Interregno hay una denuncia del arribismo, la mediocridad y del “conservadurismo ramplón y pueblerino (lo de provinciano sería en verdad hipérbole abusiva), de pacatería moral claustrofóbica” que en este caso se atribuye a la prensa, se entiende insular, pero que podría atribuirse a otras esferas de la sociedad. Difícil para el protagonista sobrevivir en ese ambiente que le pesa como una losa en los hombros.

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