Alfred Kubin o la incertidumbre

Alfred Kubin me desgarra y a la vez me produce incertidumbre. Me revuelve hacia dentro, me retuerce la mirada hasta descolocarla. Su voz, o su color, solo puede ser gris: quien ha vivido dos guerras mundiales ya solo puede buscarse hacia dentro y, cuando hacia dentro ya no hay camino, solo queda un nada bastante negro. De ahí que sus dibujos solo puedan transmitir pesar. Si Beksinski muestra un mundo de muerte como si la estuviera penetrando, Kubin muestra su tormento vital en un mundo que se está desgajando y del que él trata de apartarse, con la doble fuerza que ejerce entonces su aislamiento total de la civilización.