Por Yeray Barroso
1929. Una sacudida se ha venido
gestando desde Rimbaud o Lautreamont, un movimiento tan instintivo
como la belleza que produce el encuentro fortuito de una máquina de
coser y un paraguas. El desorden ha sido la vía necesaria para la
producción. El ojo ha caído como si un avión pasara cortando a la
luna para establecer una nueva visión: Debaser, cantará ya en el
año 1989 Pixies, grupo estadounidense que establece un precedente en
lo que posteriormente será el grunge, por lo que estamos ante un
grupo antecesor del nacimiento de bandas como Nirvana.
Salvador Dalí y Buñuel nacieron a un
bebé de impacto. No se hace necesaria la sucesión de elementos, las
líneas no tienen por qué ser paralelas o rectas. Ni siquiera se
deben establecer líneas. A través de elementos espontáneos,
nacidos a borbotones, se produce uno de los ya clásicos films
surrealistas. Rota la educación y la historia en la creación automática, entre el despertar y la ensoñación, Un
chien andalou, junto a L'âge d'or se rebelan, como bien señala
André Breton, aunque refiriéndose únicamente a la segunda, ante la
Edad de barro que atravesaba Europa. Una vez finalizada la primera de
las dos grandes guerras todas las utopías anteriores que solían
aspirar hacia la búsqueda de la totalidad y de la comprensión del universo, véanse las
teorías de las correspondencias y de las analogías simbolistas, que suponen una respuesta a la fragmentación caótica de la ciudad moderna, que
establecen una relación vertical hacia la idea y una
horizontal hacia la sensación, no pocas veces desembocando en la conjunción de artes, llevando a la creación
hacia la mezcla de sentidos hacia la obra de arte total: hacia la
sinestesia artística (literatura, música, pintura), lo que parece adelantar la exaltada creación Surrealista y, de hecho, la exaltación de las correspondencias horizontales suponen un inicio que asienta sus
primeras señales en el S.XIX aunque entre una ideología inmersa en
la utopía de la universalidad contemporánea, rota a raíz de la
guerra de 1914.
Eliminada la búsqueda de la
trascendencia, la creación irá hacia el yo más profundo, que solo
puede aflorar a través de la liberación del subconsciente. El
surrealista es un ser en continuo maravillamiento desposeído de la
razón, frente a las ideas racionalistas y positivistas, se alza el
caos que produce una exaltación de libertad creativa y del amor sin
precedentes. Es en el hallazgo sorpresivo donde se engendra la obra.
Para Black Francis Un chien andalou constituye un hallazgo: Quiero
que lo sepas / no sé tú / pero yo soy un perro andaluz.
Debaser, debaser, debaser, no cesa de repetir el vocalista de la
banda: degradador, degradador, degradador. Él ya quiere ser ese
sujeto en continuo maravillamiento. Ya está en entredicho la
conciencia, como apunta Octavio Paz en Corriente alterna, la música
también ha ido hacia el principio y ha abandonado a la razón. Ha
nacido de un instinto, de una impresión: Encontré una
película / quiero que lo sepas / rebanando ojos / quiero que lo
sepas. El encuentro ha sido
fortuito, como el que propuso Isidore Ducasse: La máquina de coser y
el paraguas han producido la belleza de la atracción irrefenable,
del amor loco, como el que ha sentido ya el yo receptor del film de
Buñuel. El ojo rebanado es comienzo de otra cosa: ya ha caído una
mirada y se camina hacia otra. Así, ya convertido Black Francis en
un debaser o en un degradador, podrá rebanar el ojo y acudir hacia
una nueva mirada. Ya no importa la realidad cercana, como tampoco
importa la realidad cercana en Un chien andalou: la metáfora más
alejada es la que construye la imagen de mayor potencia. Cuanto más
ojos caigan más se acertará la visión a una realidad más alejada
de la mera razón hasta tal punto que quien compone ya se ha
metamorfoseado. Se ha producido esa metamorfosis que propone André
Masson en su Metamorfosis de
los amantes y
la canción parece querer acudir hacia la caída de la antigua idea
del arte. A raíz de la destrucción de los antiguos valores
pretende, tal y como lo hizo el surrealismo, emprender el camino de
la revolución creativa.
La
canción es una impresión del film: hay amor fou. Igual que en el
cortometraje el individuo sale en persecución del cuerpo femenino,
ya es inevitable. La música es el perro andaluz y su voz es la de
ese can. Una voz que ha necesitado negar a la razón.
Bibliografía
BRETON, A. Manifiestos del Surrealismo, Visor, Madrid, 2002.
___________ El amor loco, Editorial Joaquín Mortiz, México, 1967.
MANZI, M. "Debaser, Pixies", Un día una canción, http://www.undiaunacancion.com/uduc/song/1141
PAZ, O., Corriente alterna, Siglo veintiuno editores, 7. ª ed, México, 1973
PAZ, O., Corriente alterna, Siglo veintiuno editores, 7. ª ed, México, 1973
PELLEGRINI, A. “La conquista de lo maravilloso”, Archivo Surrealista,
http://www.archivosurrealista.com.ar/Argentina22.htm
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