jueves, 9 de enero de 2014

Breve nota en torno a un poema de Alejandra Pizarnik

temo dejar de ser
la que nunca fui

beber en el silencio
adentro del silencio.


Dentro de una carpeta con cuarenta y un poemas mecanografiados de Alejandra Pizarnik, entre otros, se encontró este. Cuatro versos y un blanco: un silencio en medio como para respirar. Una pausa entre la sencillez de lo dicho, que parece no decir nada en la profundidad abismal que rodea a la creación. Un yo-mujer teme no ser lo que nunca ha sido: teme dejar de buscar, pues sin la búsqueda estaría completamente muerta. Son los versos de un yo no realizado que busca continuamente alcanzar entidad de sujeto. Un yo que teme porque en el instante en que no busque, la posibilidad de afirmación de la primera persona será totalmente imposible. Cuando deje de ser eso que nunca ha sido y, en consecuencia, deje de ser búsqueda, que ha sido su condición vital, solo podrá beber en silencio lo que ya era silencio. Esto es, el cese de la búsqueda del sujeto tendrá como consecuencia ineludible adentrarse aún más en el silencio, pues la no realización ya era callar. Eliminar la búsqueda, en definitiva, para un yo femenino que se muestra angustiado en su no decir, es eliminar al ser.





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